En toda amistad hace falta que haya regalos.
A regalar se aprende regalando, porque descubres el valor que tiene para la otra persona cada cosa de este mundo, y así descubres el modo de encontrarte con ella en un regalo. Aprendes con cada persona lo que significa un regalo y en quién te conviertes tú al hacerlo. Aprendes que eres mucho más feliz y mejor en la medida en la que regalas con sentido.
Cuando en una amistad un amigo está durante meses buscando un regalo que sabe que va a hacer muy feliz a su amigo, el día en el que hace solemne entrega de este regalo, la amistad cambia. Hay un cambio de “orbital”. Se da un encuentro nuevo en cada don, porque en el don hay una presencia del amigo que aceptas de una manera nueva. Pero lo más interesante de esto es en quién se ha convertido el que se ha pasado meses de “persecución regalística”. Cuando regalas con sentido te conviertes en “padre de ti mismo”. Te cambias a ti por una persona más generosa y humana. Si el robar te convierte en un ladrón, o el matar en un asesino, regalar es una acción que también cambia tu identidad. Eres un héroe (pero no te lo creas del todo, sigues estando necesitado de la amistad de otros para poder seguir amando).
¿Hace mucho que no haces esto por nadie? ¿Qué regalos te definirán cuando se termine tu vida? ¿En quién te has ido convirtiendo durante los últimos años?
REGALA CON SENTIDO.
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