Hasta pronto

domingo, 1 de enero de 2012

Queridos amigos!!

La conspiración de este año ha sido genial...


Esperamos que en este año que empieza no dejeis de conspirar.

Feliz año 2012!!!

Calenda de Navidad: Dios entra en nuestra historia

sábado, 24 de diciembre de 2011


Os anunciamos, hermanos, una buena noticia,
una gran alegría para todo el pueblo;
acogedla con corazón gozoso:

Habían pasado millones de años
desde que, al principio, Dios creó el cielo y la tierra
e hizo al hombre a su imagen y semejanza;

y miles y miles de años desde que cesó el diluvio
y el Altísimo hizo resplandecer el arco iris,
signo de alianza y de paz;

unos mil novecientos años después de que Abrahán,
obediente a la llamada de Dios,
partiera de su patria sin saber a donde iba;

unos mil doscientos años después de que Moisés
condujera, por el desierto hacia la tierra prometida,
al pueblo hebreo, esclavo en Egipto;

unos mil años después de que David
fuera ungido rey de Israel por el profeta Samuel;

unos quinientos años después de que los judios,
cautivos en Babilonia, retornaran a la patria
por decreto de Ciro, rey de los persas,

cuando permanecía fiel a la Alianza
un Resto de los hijos de Sión,
alegres por su Rey; 

en la ciento noventa y cuatro Olimpíada de los griegos;
en el año 752 de la fundación de Roma;
en el año 42 del imperio de Octavio César Augusto,
mientras sobre toda la tierra reinaba la paz,
en la sexta edad del mundo,
hace  cerca de 2011 años:

El Hijo de Dios Padre,
queriendo consagrar el mundo con su presencia,
concebido por obra del Espíritu Santo,
en Belén de Judá,
de María virgen, esposa de José,
de la casa y familia de David,
nació Jesús,
Dios eterno,
Hijo del eterno Padre y hombre verdadero.

¡Es la Navidad del Salvador que los hombres esperaban!

El tiempo de Adviento...


El misterio de Adviento es un misterio de vaciamiento, de pobreza, de limitación. Debe ser así. De otro modo no podría ser un misterio de esperanza.

El misterio de Adviento es un misterio de comienzo: pero también es el misterio de un fin. La plenitud del tiempo es el final de todo lo que todavía estaba incompleto, todo lo que todavía era parcial. Es el cumplimiento en unidad de todo lo que era fragmentario.

El misterio de Adviento en nuestras vidas es el comienzo del fin de todo lo que en nosotros no es todavía Cristo. Es el comienzo del fin de la irrealidad. Y eso, sin duda, es motivo de alegría.
Pero por desgracia nos aferramos a nuestra irrealidad, preferimos la parte al todo, continuamos siendo fragmentos, no queremos ser "un solo hombre en Cristo".

El Cuerpo de Adán ("hombre"), que debería ser el Cuerpo del Amor de Dios, está desgarrado de odio. El Cuerpo de Adán, que debería estar transfigurado de luz, es un cuerpo de oscuridad y mentira. Lo que debería ser Uno en amor está dividido en millones de hostilidades frenéticas y asesinas. Pero sigue en pie el hecho: Cristo, el Rey de la Paz, ha venido al mundo y lo ha salvado. Ha salvado al Hombre, ha establecido Su Reino, y Su Reino es el reino de la Paz.
Adviento, para nosotros, significa aceptación de ese comienzo totalmente nuevo. Significa una disposición para hacer que la eternidad y el tiempo se encuentren no sólo en Cristo sino en nosotros, en el Hombre, en nuestra vida, en nuestro mundo, en nuestro tiempo.
Si hemos de entrar en el comienzo de lo nuevo, debemos aceptar la muerte de lo viejo. El comienzo, pues, es el fin. Hemos de aceptar el fin, antes de poder empezar. O más bien, para ser más fieles a la complejidad de la vida, hemos de aceptar el final en el comienzo, ambos juntos.
(de Tiempos de celebración, de Thomas Merton)

¿Qué puedo hacer para que le guste realmente un regalo?


Si veo a un amigo hacerle un regalo muy caro a otra persona juzgo bien si digo que la quiere mucho, porque, aún cuando faltan algunos elementos para confirmar este regalo en su sentido más completo, estoy reconociendo que el amor que comparten, para el que hace el regalo, tiene un gran valor. Pero, el valor del regalo incluye muchas cosas de las que debes ser consciente. Si la publicidad te dice “Sabemos que un regalo muy caro es un buen comienzo”, tú, en realidad, debes preocuparte por saber si es verdaderamente un bien para el otro. ¿La otra persona necesita eso que le regalas? ¿Es realmente una buena noticia para la vida de la otra persona tomada como un todo? ¿La orienta hacia una felicidad superficial o duradera?
Amar es querer para una persona el bien. Es querer a la persona y querer para ella lo mejor. Y esto debe verse en el regalo que le haces. ¿Qué bien desean para ti los que te han regalado cosas inútiles o puramente materiales?

Una investigación se hace con un objetivo: conocer lo que no se conoce. Pues bien, un regalo también es fruto de una investigación sobre lo que a la otra persona le hace realmente feliz. Nunca dejamos de sorprendernos cuando buscamos realmente conocer a otra persona. Y si hacerle un regalo no implica, al menos en la medida de lo posible, un movimiento por conocer a esa otra persona un poco más y saber quererla mejor, no es un regalo. Es un poco de “nada” maquillado.

REGALA CON SENTIDO

How I met Jesus

¿Redescubrir la Navidad es regalar con sentido?


Redescubir la Navidad es entender el verdadero sentido del regalo.

Porque un regalo es un bien que se comparte en el contexto de un amor. Quien hace el regalo expresa el grado de amistad que desea que compartan en el valor de ese regalo, y la persona que lo acoge sabe reconocer en el regalo la promesa de una “vida compartida” con la otra persona. Acoge a la otra persona en su regalo, y acepta este “encuentro” con el amigo como una novedad buena. Si este regalo es muy bueno, lo que se comparte es mejor aún. Y un regalo es muy bueno si lo es en sí, si lo es para el que lo recibe, hasta el punto de hacerle verdaderamente feliz, y si lo es por lo que le ha costado al que se entrega en el amor con el que haciendo el regalo.

Probablemente el 25D, en este 2011, sea el día para aprender que lo que más vale de entre todos los bienes posibles, es la vida de Dios. No hay mayor don, ni mayor regalo que la VIDA de todo un Dios, de valor infinito, que llega el 25D, y lo hace en un formato inaudito. La vida de Dios está contenida en un niño pequeño. Ese niño es el DON más grande jamás recibido.
El Niño Dios es el don más valioso, lo es en sí. Lo es porque también es lo que más necesitábamos. Y es que la vida de Dios viene en el formato que más se asemeja a nosotros mismos: en nuestra propia carne. Ese niño es el DON de Dios, que nos redime, que nos hace valiosísimos en el mundo, con una dignidad nueva, altísima. No nos degrada, no nos aplasta, nos dignifica. Haciéndose a sí mismo finito nos ha hecho a nosotros eternos.
Y, además, este niño es el DON más grande de Dios porque Dios mismo ha puesto mucho en juego para entregárnoslo. Vale infinito, porque también a Dios Padre le ha costado infinito. Y a Dios Padre le dolió infinitamente entregárselo al mundo, que no lo amó.


¿o, tal vez, este año, sí?

La Teología de los regalos de Navidad


“Hace poco, vi una afirmación de Mrs. Eddy sobre este tema, en la que dice que no hace regalos de navidad en un sentido grosero, sensual, terrenal, sino que piensa en silencio acerca de la Verdad y la Pureza, y todos sus amigos se sienten mejores por eso. Y bien; yo no digo que este plan sea supersticioso o irrealizable, y sin duda, tiene un cierto encanto económico. Digo que es anticristiano, en el mismo sólido y prosaico sentido de que tocar una melodía al revés es antimusical o decir “haiga” es antigramatical. No sé si existe un texto de la Escritura o un Concilio de la Iglesia que condene la teoría de Mrs. Eddy sobre los regalos de navidad, pero la cristiandad la condena, de la misma manera que los soldados condenan al que huye. Ambas actitudes son antagonistas no sólo en su pensamiento, sino aún en el estado de ánimo antes de comenzar a pensar. La idea de encarnar los buenos deseos “es decir, ponerlos dentro de un cuerpo”, es la enorme y primigenia idea de la Encarnación. Un regalo de Dios que puede ser visto y tocado, es todo el sentido del epigrama y del credo. Cristo mismo fue un  regalo de Navidad. La nota de los regalos materiales de navidad, ha sido tocada aún antes de que Él naciera, en los primeros movimientos de los Sabios tras la Estrella. Los Tres Reyes llegaron a Belén trayendo oro, incienso y mirra. Si sólo hubieran traído Verdad, Pureza y Amor, no hubiera existido el arte cristiano ni la civilización cristiana.”

(de Gilbert K. Chesterton)

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