¿Dónde está el valor del don? ¿Qué importancia tiene su precio?

lunes, 5 de diciembre de 2011

Un regalo puede valer mucho, y esto es así de tres maneras: puede valer mucho en sí mismo, puede valer mucho para el amado y puede valer mucho para el amante.

¿Es importante que sea caro? No es lo más importante. Tú eres el mejor regalo y no tienes precio. ¿Es importante regalar muchas cosas? No. Todos los regalos forman, en realidad, un solo presente. Si existe entre ellos una significación tendrá sentido que sean más de uno y poseerían más valor que el mero sumatorio del valor de cada uno. 
 
¿Y si lo que regalas no es muy bueno? A veces regalamos cosas que son un mal en sí. Incluso, objetivamente, una película o un libro que hacen daño, un gesto inadecuado o desproporcionado pueden ser un mal. Un don es un mal si, aún cuando se otorgue en el contexto de una amistad, es contrario a la razón de la propia amistad; esto la debilita o, incluso, la deteriora de modo irreparable. 
 
Merece la pena hacer un buen regalo. Un don valioso, un bien arduo, un objeto de gran precio, realmente se convierte en un vínculo de comunión real entre dos personas. Pero lo que hace que un regalo sea realmente especial no está en su precio, sino en la intención que incluyes en su materialidad. ¿Rezas por la persona a la que le haces ese regalo? ¿Pones todos los medios precisos para hacerla feliz? ¿Y si el regalo que “más vale” es el tiempo que puedes dedicar a escucharle en estos días del año en los que tanto necesita que alguien le preste atención de verdad? 
 
REGALA CON SENTIDO

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