El color de las ovejas de Belén

viernes, 23 de diciembre de 2011


Las cuestiones relacionadas con el nacimiento de Jesús -dónde, cuándo, cómo- han hecho verter ríos de tinta y la fuente de este río parece estar lejos de ser agotada. Entre tantas preguntas, más allá de la fecha, estaba también la de la presencia o no de pastores en los alrededores de la aldea en la que José y María encontraron precario refugio. Pastores al aire libre, en invierno, en una zona en la que las temperaturas pueden ser bajísimas y encima puede nevar en diciembre. Una respuesta a estas cuestiones, y bastante sugestiva, que además está basada en una investigación aguda e ingeniosa, la da Michele Loconsole, estudioso y presidente de Enec, la Asociación para las relaciones con Oriente Próximo.

Loconsole sostiene en su libro recientemente publicado en San Pablo “¿Cuándo nació Jesús?”, al examinar algunas fuentes judías, que dentro de la tradición religiosa judía eran contemplados tres tipos de rebaños. La primera categoría incluye animales de pelo blanco, sin ningún tipo de mancha o variación de color. Es la categoría más apreciada y no sólo desde el punto de vista comercial o estético. Desde un punto de vista religioso eran consideradas “puras” y por lo tanto después de pasar el día por los pastos podían volver al establo, que frecuentemente -y esto era mucho más probable en el caso de centros pequeños- estaba dentro del poblado o aldea.

El segundo grupo incluye las ovejas cuya lana no es blanco nuclear sino que es en parte blanco y en parte oscuro. Estas ovejas también podían volver al establo al caer la noche. Pero era obligatorio que éste estuviera fuera del centro habitado; fuera de las murallas de la ciudad si ésta estaba fortificada y en cualquier caso fuera del perímetro urbano o como mucho en la periferia.

Y después había una tercera opción. Ésta se refería a las ovejas de pelo oscuro e incluso completamente negro. Según el autor es un tipo más raro que los dos anteriores. Pero aún así, según la investigación histórica de Loconsole, merecía un trato particular. Estaba visto como un tipo de animal “impuro”; tan impuro que no podían, una vez que anochecía, refugiarse ni en el centro urbano ni siquiera en la periferia. Su existencia, según la norma rabínica, debía desenvolverse al aire libre de modo permanente; y se puede pensar que esto ocurriese en lugares no lejanos de los pastos habituales. Su suerte era compartida necesariamente por sus pastores. Era impensable, entonces como lo es ahora, abandonar los rebaños, incluso si las noches en las colinas de Oriente Medio en invierno son de todo menos cómodas. Así pues, si ésta era la situación en Israel en el tiempo de Jesús, la presencia de pastores en las cercanías de la gruta y el pesebre no serían una invención (¿y por qué habrían de serlo? Los pastores no daban especial lustre al evento) por parte del evangelio de Lucas.

Es más, si todo lo precedente está fundamentado, y no parece que haya motivo para dudar, podemos pensar que los pastores hayan llevado a saludar al Mesías precisamente sus ovejas negras. Lo que es muy simpático y tiene gran coherencia con la futura misión de Jesús, quien afirmaba haber venido para los enfermos, no para los sanos, y que frecuentaba sin problemas las “ovejas negras” de la sociedad judía de la época, publicanos y prostitutas. Michele Loconsole aconseja pintar de negro las ovejas de nuestros belenes, ya que es difícil encontrar en las tiendas ovejas como las que según su investigación oyeron los primeros vagidos del Salvador. Se puede decir que en realidad, también la presencia de los pastores, como primeros testigos del acontecimiento, entra en esta lógica. También los pastores eran considerados impuros, según Loconsole, en el judaísmo de la época, debido al tipo de actividad que desarrollaban. Y podríamos añadir que este elemento forma parte de los detalles tremendamente poco “estéticos” que dan ese toque de veracidad a las crónicas de los Evangelios. Como el testimonio de las mujeres (que no podían ser escuchadas por los tribunales y fueron acogidas con escepticismo por parte de los Apóstoles) en el momento de la Resurrección. Los pastores no constituían ciertamente un testimonio excelente para una predicación que se dirigía a los judíos ortodoxos del s. I después de Cristo.

Pero entre tantas cuestiones relacionadas -y debatidas- sobre el nacimiento de Jesús, está aquella de la fiesta del “Sol invicto” y la tesis según la cual el 25 de diciembre fue elegido por los cristianos para superponer la fiesta del nacimiento del Señor a una celebración pagana. Pero Michele Loconsole busca en su libro de deshacer este estereotipo. “A la luz del estudio de las fuentes de la época, parece que haya ocurrido justo lo contrario. Y es de hecho la fiesta pagana del “Sol invicto” la que ha sido puesta, o mejor aún, pospuesta, al 25 de diciembre, intentando oscurecer o superponerse a la cristiana de la Navidad del Señor”. Antes del 354 d.C, durante el reino de Licinio, la fiesta era celebrada en Roma el 19 de diciembre. Y se puede añadir que esa fiesta astronómica, muy antigua, era celebrada en Roma y otros lugares en otros momentos del año, entre los cuales eran frecuentes los días entre el 19 y el 22 de octubre. La fuente más antigua que habla de la Navidad fijada el 25 de diciembre es Hipólito de Roma, que en el 204 hablaba de la fiesta celebrada por los cristianos. El culto del dios Sol fue introducido en Roma por el emperador Heliogábalo, entre el 218 y el 222, y fue hecho oficial en el 274 por el emperador Aureliano, que el 25 de diciembre de aquel año consagró el templo dedicado al culto del Sol invicto. Y del momento en el que la festividad del “Sol invicto” no era celebrada por los paganos sólo el 25 de diciembre y que esta fecha se impuso sobre las otras sólo en la segunda mitad del s. IV, “¿no nace la duda legítima de que esta fiesta del “Sol invicto” en el calendario romano corresponda precisamente a la voluntad por parte del establishment, de suplantar o por lo menos oscurecer la fiesta cristiana de la Navidad, que se celebraba en Roma el 25 de diciembre desde hacía al menos 70 años antes?".

Marco Tosatti
Artículo original en italiano: http://bit.ly/si8wTq

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