El hombre va infinitamente más allá del hombre

viernes, 9 de diciembre de 2011


Ven ustedes que la definición misma del hombre es lo que está en juego en nuestro encuentro. Y por tanto el futuro mismo del hombre. El hombre busca un más allá. Es, por esencia, transhumano. Pero ¿cómo se realiza lo trans del transhumano? ¿Es por la cultura y la apertura a lo Trascendente? ¿O es por la técnica y la manipulación genética? ¿Es a través del misterio de la palabra? ¿O es por la voluntad de poder? Ciertamente, la UNESCO es una organización mundial dedicada a la protección y al desarrollo de las culturas. Pero también, como cualquier organización actual, es devorada por la logística tecnocrática, es decir: por el deseo de resolver los problemas en lugar de reconocer el misterio. Prueba de ello es la ambigüedad de su primer director general. 

Bien, he aquí mi sencilla pregunta: ¿debemos tomar como director a Julien Huxley o debemos tomar a Dante? ¿Es en la facilidad técnica de vivir donde se halla la grandeza del hombre? ¿O bien se halla en ese desgarramiento, en esa apertura como un grito al Cielo, en esa llamada a lo que realmente nos trasciende? Fíjense bien, un transhumanismo producido por el hombre no sería un verdadero transhumanismo: no se vuelve al más allá de lo humano, reduciendo al hombre de este modo a un objeto técnico competente. Vuelvo a ello: la maravilla del hombre no está en su rendimiento; si el hombre no fuese más que una proeza mecánica, habría que deshacerse de todos los débiles. La maravilla del hombre se halla en el misterio de su presencia asombrada. No se halla en su eficiencia, sino en la epifanía de su rostro, sea el que sea, incluso si ese rostro es deforme, o el de un crucificado. 

Fabrice Hadjadj

Para ver el texto completo: http://bit.ly/voMRG3

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